Tuesday, August 08, 2000

La mente

La alegría de una día me sigue

tras las resacas de la noche sin luz

y me sacan la sonrisa en esta cara

con ganas de aliviarse.

Una felicidad atraviese mi alma

y de un movimiento demorado

esta alma que creo mía

gira sobre mi en sentido contrario.

Mi cara soñolienta

acompaña el baile al ritmo de mis ojos.

De repente soy el más fuerte

sin duda soy el más feliz.

Aunque mi cuerpo se encuentra apoyado

en las manos de los débiles, digo yo,

mi alma avergonzada se sienta

sobre mi barriga y atontado, grito...

Hoy, mirando el vuelo de los pájaros

me doy cuenta de la sincronización

de todos los movimientos que nos rodean

y sin decir ninguna palabra

comprendí todos los viajes que podemos ser objeto

o podemos hacer sin inmutarnos.

Comprendo el porque el Hombre

es un dios, un dios por la mente.

Parfait Atchadé

Agosto 00