tras las resacas de la noche sin luz
y me sacan la sonrisa en esta cara
con ganas de aliviarse.
Una felicidad atraviese mi alma
y de un movimiento demorado
esta alma que creo mía
gira sobre mi en sentido contrario.
Mi cara soñolienta
acompaña el baile al ritmo de mis ojos.
De repente soy el más fuerte
sin duda soy el más feliz.
Aunque mi cuerpo se encuentra apoyado
en las manos de los débiles, digo yo,
mi alma avergonzada se sienta
sobre mi barriga y atontado, grito...
Hoy, mirando el vuelo de los pájaros
me doy cuenta de la sincronización
de todos los movimientos que nos rodean
y sin decir ninguna palabra
comprendí todos los viajes que podemos ser objeto
o podemos hacer sin inmutarnos.
Comprendo el porque el Hombre
es un dios, un dios por la mente.
Parfait Atchadé
Agosto 00