Wednesday, October 03, 2001

Mi rocío

Tu joven cuerpo, agachado con cariño

Da luz al mejor sueño.

Desde tus pequeños dedos

Hasta tus bonitos ojos cerrados.

Mi mirada asustada,

Sigue el finito contorno del testigo.

Cuerpo blanco, desnudo

Y del pensamiento, el vértigo.

Miedo en mi cuerpo de ébano

Respiración, tranquila y profunda, la tuya

Olas y rocas me confunden

Luna y estrellas son tu océano.

Como un barco perdido,

De vuelta, acaricias una roca

Con armonía de maestro

Tus párpados se separan

Tal vez, una luz en el fondo del mar,

Tus ojos iluminan la penumbra

Y del guión, sigue la clara sonrisa.

Con belleza, ausencia de palabra.

Suave paseo de mi palma

Con locura, estuve en tu alma

En las islas donde me fijaba,

En el edén que me cuestionaba.

Templo de belleza dormida

Cuerpo de la mujer blanca y desnuda

¡Quédate! Sé para mi el rocío

Al amanecer arrastra de mi corazón el odio.

Mis ventanas estarán entonces abiertas

Para siempre sembrar con el tiempo

Hoy prefiero al rocío, la lluvia

Para un atardecer a mi puerta

Hoy violando tu intimidad

Para una vida con plenitud

Comparto tu felicidad

Para lo que se lleva la juventud.



May, eres el rocío, testigo y compañero del nacimiento del día.

Parfait Atchadé, Octubre 2001