Wednesday, February 11, 2009

Mi querido instante,

En este destemplado y pausado invierno la voluntad de abrigarse desafía al horizonte. La brisa fresca y seca acaricia las caras asustadas de la gente que vienen y van por estas calles frías de Barcelona.

El baile del humor se nota en el paseo de la gente. Quizás falta aquella esencia que uno nota en las miradas. Ésta elegancia a la hora de moverse por las calles que conducen nuestros sueños y deberes…

En estos días de frío, invité a unos amigos a compartir conmigo unos pensamientos. Aunque acabamos cada uno fuera de si, interpretamos a la perfección la importancia de la locura. Pero no pudimos, ni podemos, entender como uno puede darse cuenta que vive en Barcelona sin, ni siquiera, estar disfrutando de la arquitectura de la ciudad.

Decía, yo, que estamos en una búsqueda perpetua del bienestar y de la ganancia inconmensurable. Pero todos queremos ganar sin saber quienes están perdiendo.

¿No sería mejor saber a quienes estábamos ganando? ¿Así no sabrá más a victoria? Creo que no nos preocupa porque somos los verdaderos perdedores. Perdedores cegados por la falta de inquietud y con el medio de no tener un techo (máxima preocupación de mi generación)…

El sistema, tan hábil, nos destruyó la forma de luchar. Así lo controla todo y solo algunos focos fugaces pueden escapar a su mirada. Antaño, por lo menos, cuando uno no estaba de acuerdo se levantaba contra la única forma de poder, ya fuera el rey, la autoridad, el cura del pueblo…

Es verdad que es muy sencillo, hoy, ser una revelación, pero es aún más difícil ser una elite. Entre otras cosas, la elite debe caer como un árbol. Es un mal menor antes de que profundice sus raíces… ¿y quién es el guardián del sistema?

La vida de hoy sorprende bastante. Son los que no aprendieron a luchar, ni a valorar las cosas, los que tienen prisa. ¿Cómo puede ser que la memoria que brindaron los griegos o los relatos contemporáneos se pierden en una biblioteca? ¿Cuál es verdadero precio de la historia?

Hoy el recuerdo sigue vivo. El mérito no es saber quiénes eran Bertold Brech, Kapuscinski, Kennedy,..., junto a su filosofía. El logro sería ir lejos de sus escritos para llegar al encuentro de la armonía del equilibrio. Cuando en el equilibrio está la salvación de todo y de todos. Simplemente como el Yin y Yan.

No encontraremos el equilibrio porque tenemos prisa. Pero, ¿prisa de qué?, ¿de hacer un mejor lugar para los hijos? ¿de hipotecarse lo antes posible para acostumbrarse al mínimo gasto mensual? ¿Pero con quienes jugarán nuestros hijos? ¿Que quedará para nosotros?

Soy consciente de que luchar contra el beneficio es inhumano; Eso hizo fuerte al sistema. Pero a este ritmo, si no salvamos las inquietudes, la sencillez, la meditación, la fe en las cosas sin precio, entonces será mejor que nos quedemos sin raíces y sin memoria…

Queda esperanza, porque el ser humano es cambiante, poderoso y curioso. Pero llevarnos al límite puede agotar nuestro potencial ya que el saber se forja en serenidad. Y ser sabio es conocer tu límite.


Mi querido instante

Parfait Atchadé.
Cap de Creus, Cataluña
Invierno 08-09

Monday, February 02, 2009

pensamiento del mes de febrero 09

El verdadero milagro es el referente sin puerto; ¡es el tiempo!


Pif febrero 2009