Brazos y ojos medio abiertos
mente y cuerpo aliviados
pasos lentos
suspiros llenos
pero el día, él, se anuncia joven
detrás de la cortina de la Esperanza.
Un vaso llevado hacia la boca
con la mirada perdida,
y al notar el frescor,
el liquido cae, como el rocío, al estomago.
Todo empieza sin ningún orden:
El olvido del ultimo sueño,
El rechazo de la cita con la naturaleza;
¿cuál de ellas?... no lo sé...
Pero humano me siento y débil me encuentro
Sabemos perder como todos
pero de verdad, nadie pierde
solo hay un cambio.
Entonces, levántate, anímate y abre esa cortina
Fuera, hace sol con un poco de brisa
como tus recuerdos de invierno
como tu sol de primavera.
El poeta tenía razón, no se fuerza una puerta abierta.