Ayer gritó la luz
pero fue un grito sin llanto.
Ayer habló el silencio
pero éramos muy ausentes
para, ni siquiera, discernirlo.
Siguen llenándose las calles.
Unos se exclaman pareciendo
a los amantes de ritmo.
Mientras se hizo fiel compañero; el ruido.
Ayer pidió nuestra intimidad.
Muy estresados, estuvimos.
Ayer se quejaron los versos,
por cobardía, ya se pagó el precio.
Hoy, lejos de la naturaleza tranquila,
Ya no sabemos vivir sin ruido.
La meditación es escasa
y se oscurece nuestra mente.
La armonía, la belleza y el futuro
ya avivan las frases hechas.
Cuando, él, nos aleja de la intimidad.
Intimidad de los seres queridos.
…Ya se callaron los grillos
y murieron las noches silenciosas…
El ruido que ocupó nuestros andares
ya se apoderó de mí.
Bailando conmigo, se me hizo suyo.
Como el pecado, ya doy mis primeros pasos
en este matrimonio duradero.
…Mañana, usaremos menos la Palabra,
porque decimos mucho
por decir nada.
El Mañana, seguramente, será de Kafka.
A todos mis seres queridos especialmente a mi querido Dani. Hay luces puestas en el camino…
Parfait Atchadé.
Agosto 2006.
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